Relatos de Fantasmas - basado en anécdotas familiares

鬼 FANTASMAS (#401 17/04/2017)
Relato basado en anécdotas familiares, contado por Mei Ling Huang

Traducido, escrito y Adaptado por Eduardo Liñán.

Te sigo desde hace algún tiempo, Mi nombre es Mei Ling y vivo en Shangai, China. Junto con mi hijo Ling y la Abuela Fang Yin. En mi cultura existen incontables leyendas sobre fantasmas, seres míticos y dioses malos que atormentaban a la humanidad desde antiguas dinastías, Algunas son ciertas y otras forman parte de mitología milenaria que rige en nuestra cultura y como comprenderás contarte todas y cada una de ellas me resultaría imposible. Sin embargo esta historia que ahora te voy a contar le sucede precisamente a la Abuela Fang durante su juventud.


Ella vivió en un pueblo cercano a Kuei Lin situado en la región de Zhuang en China. Este lugar es rico en paisajes increíbles y una cultura que viene desde la dinastía Han por lo esta región es considerada como patrimonio. Mi abuela creció en esta prefectura junto con mis tíos y mis bisabuelos que se dedicaban a la agricultura. Por aquel tiempo la abuela conoció a mi abuelo Cheng. El trabajaba colocando las vías del tren para la ruta comercial y de pasajeros que debía llegar a Shangai. Una ruta de 1600 kms. que recorría varias ciudades.

Con el tiempo el abuelo Cheng pidió permiso a mis bisabuelos para casarse con la abuela Fang y ambos fueron bendecidos y a la postre se casaron, como el abuelo vivía en HangZhou, ambos se mudaron a esta región en el recién inaugurado tren de pasajeros, era un viaje de casi 26 horas y recorría muchos pueblos, llevando a muchísima gente ya que por esas fechas se celebraba el festival de la primavera. Asi que durante el viaje tuvieron poca privacidad, en cambio convivieron con cientos de campesinos y trabajadores de las fábricas. Uno de esos campesinos eran un par de jóvenes esposos como ellos, con los cuales hicieron amistad. Fue en la estación de Zhuzhou en que la pareja bajó del tren para comer en uno de los pueblos y mis abuelos los siguieron para poder también comer algo. De regreso iban todos juntos a abordar el tren y repentinamente la abuela recordó que había olvidado su bolsa en el restaurant y corrió de regreso por ella. Mi abuelo espero en una pequeña fuente que estaba cercana a la estación. Mientras que la pareja de campesinos continuó caminando por las vías del tren. Sin embargo en un mal paso la señora esposa se le atora el pie entre los durmientes quedando atrapada y en un movimiento esta cae por un lado de la vía rompiéndose la pierna y gritando de dolor. El esposo intentaba desesperadamente sacarle el pie. Mi abuelo al ver el accidente corrió a ayudarles y con tan mala suerte que la locomotora que venía de Ganzhou, iba a toda marcha aullando y soltando una nube enorme de vapor que se alcanzaba a ver entre los árboles y valles cercanos.

Esto alertó a ambos hombres que no podían sacar a la mujer de las vías, El abuelo Cheng en un intento desesperado corrió con todas sus fuerzas para prevenir al conductor de tren y frenara. Apenas iba dando vuelta en una garita y vio la pesada y larga locomotora a toda marcha sobre las vías. Llevaba muchos carros de pasajeros que iban a transbordar en Zhu. El conductor al ver las señales desesperadas de mi abuelo, hizo el intento por frenar; pero debido a la velocidad y el peso que llevaba los frenos se rompieron haciendo rechinar a la mole de hierro y sacando chispas sin poder detenerse. El impacto era inevitable y en la desesperación el joven campesino tomó una roca para golpear el pie de su esposa y cortarselo para sacarla; pero fue imposible entre gritos de dolor y crujir de huesos la locomotora paso por encima de la joven haciendo pedazos su cráneo y cortando parte del brazo del muchacho el cual comenzó a sangrar profusamente. El caos se hizo y la gente bajo del tren para ver que había sucedido.

En eso la abuela iba regresando y vio el contingente de gente y a las autoridades intentando abrirse paso entre la multitud. Sintió pánico al pensar que quizá el abuelo Cheng había sufrido un accidente; con gran esfuerzo se coló entre la muchedumbre y llego hasta donde estaba el carro de pasajeros que había quedado sobre los restos de la joven campesina. Gritó de horror al ver que esta no tenía cabeza y al esposo tirado por un lado desangrándose de su brazo. Apenas iba a preguntar por el abuelo cuando sintió unas manos rodearla por la cintura, al ver que era el abuelo lo abrazó y juro que jamás se separaría de él.
Luego de dejar al campesino malherido en el hospital y rendir su declaración continuaron su viaje. Pasó el tiempo y durante una época de fiesta nacional, ambos regresaron a Kuei Lin para ver a mis bisabuelos y mis tíos, La abuela les daría la noticia que estaba embarazada de mi madre. En el trayecto decidieron parar en Zhuzhou y comer. Estando en el pueblo se percataron que habia un festival de las flores y se quedaron a disfrutarlo, era de noche cuando decidieron regresar a la estación del tren y esperar el siguiente que los llevaría a Kuei.

Iluminados por la luna y caminando por una vereda rocosa. Iban contemplando las luces de las luciérnagas y sus sentidos se enervaron con el dulce olor de los ciruelos, cuando llegaron a las vías en donde había ocurrido la tragedia, nuevamente en sus mentes regresaron ese horrible episodio; pero no quisieron pensar en ello. En cambio venían platicando sobre el nombre que le pondrían a su primer hijo. Venían riéndose cuando repentinamente escucharon algo que provenía de la obscuridad de las vías. Era como un lamento sordo, mezclado con un gemido inquietante. Sin darle importancia siguieron caminando apresuradamente; pero de nuevo escucharon el lamento y esta vez más cerca de ellos. Se quedaron pasmados un rato y después la abuela miró algo extraño a lo lejos junto a la vía era una persona que parecía estar sentada en los durmientes. Con cautela se acercaron y mientras lo hacían se dieron cuenta que era una persona que llevaba un vestido obscuro y parecía estar agachada y con la cabeza metida entre las rodillas. Se estaba quejando y llorando por una razón que desconocían.

El abuelo Cheng fue el primero que se acercó para preguntarle si necesitaba ayuda y ambos escucharon que esa persona dijo unas palabras que los inquieto : “Mi esposo…”
Luego de escuchar esto con una voz susurrante pero audible. Ambos se quedaron petrificados al ver lo que en realidad era aquella aparición. No estaba agachada, esta no tenía cabeza sobre sus hombros. Estaba colocada entre sus piernas y parecía quejarse emitiendo ruidos. Lo más aterrador era que tampoco tenía rostro, su cabeza era un cráneo descarnado que carecía ojos y mostraba la dentadura como si se estuviera riendo de ellos. El cuerpo de la mujer era el de un cadáver con gusanos que se movían lentamente por toda aquella putrefacta humanidad.

Al ver esto ambos corrieron asustados dando gritos de horror y como pudieron llegaron hasta la estación, la cual estaba casi vacía. Aun con el corazón saliendo de sus bocas, se sentaron en la sala de espera para recuperar el aliento y se miraron entre si sin poder dar crédito de lo que acababan de ver. Se abrazaron temblando y sudando copiosamente. Luego de un rato recuperaron el aliento y la tranquilidad y decidieron dormir en tanto esperaban el tren. Seria por la madrugada que el abuelo Cheng despertó de un mal sueño. Sobre sus piernas estaba la abuela descansando su cabeza y profundamente dormida. Al despejar sus ojos, notó que frente a él estaba una persona, la veía borrosa y aclaró sus ojos, al mirar se dio cuenta que era el campesino que había perdido su brazo y a su esposa en aquel trágico accidente meses atrás. Se veía enfermo y su rostro era inexpresivo. Llevaba una filipina y la manga doblada donde le faltaba el brazo.

El abuelo Cheng intentó hacerle plática al campesino y recordó lo que había visto. Sin embargo eso jamás lo iba a mencionar, no tenía intención de decirle que había visto al espíritu errante de su mujer en el lugar donde murió. El Hombre haciendo señas con la cabeza y mirando a mi abuelo pareció intuir lo que pensaba en ese momento y se paró no sin antes decirle algo que lo desconcertó.

“Tengo mucho buscándola y no la he podido hallar, si la vez dile que pronto estaremos juntos…”

Al decir esto salió de la estación y se perdió entre la obscuridad de los andenes. Mientras mi abuelo lo miraba con tristeza y acaricio el rostro de mi abuela. Horas después llegaría el tren que los llevaría a Kuei Lin. En el trayecto venían conversando sobre lo que había sucedido la noche anterior y el extraño encuentro con el campesino. Un anciano solitario que venía delante de ellos los alcanzó a escuchar y les dijo algo que cambiaría su perspectiva para siempre. Mientras fumaba su pipa y miró seriamente a la pareja.

–Perdonen; pero ustedes vieron al Joven Zhao y su esposa Suyin. Ella murió en un accidente de tren hace unos meses y su espíritu vaga en las vías, no puede hallar el camino, su esposo Zhao murió en el hospital por la hemorragia, pues perdió su brazo intentando salvarla y tampoco puede descansar hasta que pueda encontrar a su esposa. En tanto sus espíritus vagan en los alrededores de la estación Zhu. Se han convertido en leyenda local. Quizá algún día puedan reencontrarse y él pueda salvarla de su penar.

Luego de decir esto mis abuelos palidecieron al saber que ellos fueron testigos de esa tragedia y ahora también lo habían sido de su maldición de estar separados. Eso los hizo pensar y juraron jamás separarse y que si uno de los dos moría el otro lo seguiría. Duraron 60 años de casados hasta que el abuelo Cheng murió y mi abuela ahora está en cama, esperando la muerte; pero tranquila de que por fin volverá a ver al abuelo.



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